Para todos los que amamos al fútbol, desde su esencia primera, desde el olor inconfundible a gramilla, pasto recién cortado, traemos de edades primeras a un ícono de este deporte: la camiseta número 10. Aquella que indefectiblemente se la asociaba con el jugador fino, exquisito, el que marcaba la diferencia dentro de un campo de juego. ¿Mito, magia, verdad? Hoy desde la perspectiva que otorgan los años, experiencia y algún conocimiento al respecto, diría que existen condimentos de estos tres ítems: cuando veíamos a un Maradona, Pelé, Ronaldinho en acción: no lo asociábamos a mito, magia, verdad? Hoy, cada vez que seguimos el juego de Lio: ¿qué opinamos? Es paradigmático, puntual: o no los elegimos como aquellos jugadores a los cuales tanto nos apetecería parecernos, o por lo menos imitar algunas de esas jugadas magistrales? Desde el colegio, emparentábamos al “10” con notas excelentes, con aquellos que se diferenciaban del resto de los estudiantes…y así también en la vida.

Y el fútbol vaya a saber porque motivo, entrega esa camiseta a los “distintos”, les dice desde ese idioma de juego que no es tan juego: “de ustedes depende”…y qué bello es disfrutarlos! Y que tristeza cuando esos “magistrales” no están en su día. En todo ese devenir de escuela de jugadores excelsos, como no relacionarlo con La Masía, con esa pléyade de individualidades que conformaron a un equipo de los mejores del mundo. Quizás aquellos a los cuales no les agrade este deporte, mucho les cueste entender/comprender cuando expresamos todos estos razonamientos.

Eso sí: para los seguidores del Barça a nivel mundial: siempre estaremos pendientes, ansiosos por saber que nos prometen los canteranos, aquellos que visten (niños aún), a esa “10”con tanta historia y prosapia, que nos depara el futuro azulgrana: ¿mito, magia, verdad?…que así sea.

Ver otras noticias de nuestro blog